miércoles, 21 de agosto de 2019


Transitó la desolación y el desconsuelo a sabiendas de que era responsable ¿Cuándo perdió el sentido? ¿En que momento dio por sentado lo que existía a su alrededor? No lo sabía, no era siquiera consciente. Siempre había sido así, siempre se había comportado del mismo modo; así que ahora simplemente se sentía abrumado, sobrepasado por las circunstancias. Las lagrimas brotaron de sus ojos, era tarde, eso estaba claro, pero también lo estaba, que todo momento es bueno para comenzar a ser distinto, para andar por otros rumbos, para empezar por fin a ser humano. María Teresa Negreiros, Incendios, Gilma Betancourt, Texto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario