viernes, 9 de agosto de 2019


Tan diferentes como iguales, complementarios, jugaban a encontrarse en intersecciones, veredas y encrucijadas. Se sabían caleidoscopicos, cambiaban con la vida sin perder su esencia, conectados por un lazo de amor, que si bien los sorprendió jamás dejó de complacerlos, se reconocían, se admiraban, se amaban del  sol al aguacero. Gatos mojados por mil lluvias, que de vez en cuando, dejaban todo tirado para treparse a un árbol para entrelazados contemplar la luna y así perderse  en un tiempo sin espacio. Franz Marc, gatos, Gilma Betancourt, texto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario