viernes, 16 de agosto de 2019


Ni te digo, ni me dices, nos decimos sin embargo a todas horas y a todas horas vamos encontrándonos sin hallarnos. Tu, la lámpara que enciende mi deseo, yo la luz que alumbra en tu interior. No, no nos es, ni nos será dada la plenitud del medio día, nos corresponde si, un ocaso cómplice, en el que los gatos se hacen pardos y mis labios se funden en tus labios como el sol en el océano para no separarse más. Vladimir Kush, paisaje surrealista, Gilma Betancourt, texto.

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