Contenme
entre tus brazos amor, dame refugio; no dejes que la tormenta que arrecia fuera,
pueda lastimarme. Aquí entre tus brazos soy fuerte, puedo sobrellevar el peso
de la adversidad. A tu lado todo es leve, tu mirada hace retornar mi fe, a la
sombra de tu pecho las horas más difíciles se alivianan; dame tu mano amor,
toma la mía, déjame ser de nuevo frágil y buscar cobijo, ya pronto llegara el
momento de retornar a la batalla, entonces llevare conmigo la fuerza de tus
besos, el pregón de tus palabras y el infinito deseo de vencer. Théodore Géricault,
El beso, Gilma Betancourt, Texto.
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