lunes, 17 de junio de 2019


Se dio cuenta, lo descubrió en el instante; supo que tocaría a la puerta, no había modo de evitarlo; lo haría por el simple placer de golpear, de ver que había del otro lado, de saber si allí también eran posibles los amaneceres, las tardes de lluvia con café, los arreboles, la luna y uno que otro arrebato. Emerico Imre Tóth, Portal, Gilma Betancourt, Texto.

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