lunes, 24 de junio de 2019

En mi recuerdo habitas, allí te escondes y anidas, a veces sin embargo emerges cual fantasma y de modo espectral te posesionas adueñándote de una parcela de mi realidad. Entonces te abrazo como en otros tiempos, y caminamos tomados de la mano, te hablo de este estar sin ti, te cuento sobre lo mucho que he amado, me río de tu cara, de esos celos inoportunos dentro de esta nuestra historia de no ser. Te cuento las vidas que te invento, las historias que gracias a mi has vivido, los posibles desenlaces que tuvimos, esos en los que fuimos felices, esos en los que nuestro amor aún no ha acabado. Salvador Dalí, muchacha sentada, Gilma Betancourt, texto.

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