Se
quisieron así imperfectos, falibles, se quisieron con una ternura infinita, sin
juicios ni prejuicios, sin excusas ni arrepentimientos. Se quisieron
honestamente, sabiendo que más temprano o más tarde acabarían defraudándose,
haciéndose daño, traicionando las mutuas expectativas, eso no les impidió
intentarlo, tratar de ser la mejor persona posible para ese otro que estaba
allí, entregándose confiadamente
, abriendo su corazón, deseando que para una vez el
amor le ganase la batalla al ego, a la pretensión de someterse al querer de ese
otro, y mucho menos a su negación en aras de efímeros momentos de egoísmo. Se
quisieron con locura, esperándolo todo, aceptándolo todo, tomándolo todo, se
quisieron llevando entre sus manos la esperanza. Amantes, Oswaldo Guayasamín,
Gilma Betancourt, Texto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario