Cuentan que noche a noche lo esperaba allí en el parque, como se esperan los sueños, con su corazón sin dueño, sus ganas de amar y desbordarse y una fantasía de esas que hacen sonrojarse y suspirar a los mortales. G, A, B,
Soy quien soy y quien parezco. Una y distinta. A veces atravieso los espejos¸ sigo al conejo, entro en la madriguera, le doy la mano a seres fabulosos y me detengo. Tomo el té con el tiempo, hablo y discuto con las cartas, rayo en la locura de lo imaginario, me libero de los reparos del buen juicio, me hago pequeña o me agiganto; pero así mismo de vez en cuando vuelvo, y en el volver me hallo cara a cara con esa otra que mide las palabras y calibra los gestos.
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