martes, 4 de junio de 2019

LOCA

Estaba loca, tanto que con su locura estremecía el mundo, loca de luz, de sueños, de flores y poemas, sonreía, cantaba, deslumbraba en plena desnudez a la misma luna y con la locura absurda de la juventud se entregaba al goce del amor con ansias. Le gustaba acariciar otros cuerpos, perderse en su densidad y en su textura, recrearse en la mirada, en el infinito goce de gusto, el tacto y el olfato, del peso que constata la presencia de ese otro que no ha de ser ni  complice, ni complemento. Estaba  loca, loca de ansias, de búsquedas, de preguntas sin respuesta, de parasiempre y hasta nunca. No le importaba que la gente no la comprendiera, ella también hacía mucho había perdido las ganas de entender, desde entonces vivía así, loca, ajena de cordura, entregada a un tierno deambular y transcurrir, sin más norte que su sonrisa, ni más sur que el anhelo de vivir de  sentir. Marc Chagall, El pintor a la luna, Gilma Betancourt, texto.

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