sábado, 28 de septiembre de 2019


Se miró y se descubrió completa, libre total, sin mas norte que el deseo de vivir, carente de ataduras, sabía que no había jaula que pudiera retenerla, echo a andar a pie limpio, desnuda de temores, ausente de reparos o culpas, la mirada serena, la voz clara, su pasado más que carga era legado, sopeso el tiempo transcurrido y concluyo que bien había valido la pena, ¿ahora a dónde? Pregunto la voz de su razón; al futuro contesto la voz de su consciencia, nada que llevar más que a si misma, su corazón de pájaro pronto habría de alzar vuelo en busca de una estrella en que anidar su ilusión. Ray Caesar, Whith all her worldy possesions, Gilma Betancourt, Texto.

viernes, 27 de septiembre de 2019


Enfrentó la batalla con alegría y fiereza, siempre le había gustado combatir, plantar cara a enemigos y contradictores,  iba a la vanguardia como los valientes, luchar era un destino manifiesto. Incapaz de cohonestar la injusticia, de sobrellevar la mentira y la desidia, lo daba todo, en medio de una guerra sin tregua ni cuartel. Mente despierta, lengua afilada, ojos de alcon, no iban a intimidarlo con mentiras, mucho menos a embaucarlo, muchas veces se le veía solitario, pero era legión y lo sabía. De todo él,  lo que más espantaba era la risa, esa que brotaba de su garganta a borbotones, espontánea, libre, era su canto de victoria, era la mayor amenaza para sus enemigos a quienes no dejaba dormir. Jung Chan, batalla de tinta, Gilma Betancourt, texto.

sábado, 21 de septiembre de 2019


Que locura de amor este que vivimos, tan libre, tan atrabimiario, hecho de complicidad y coincidencia, de diferencia y oposición. Aveces nos perdemos días, meses, años, nos marchamos a vivir otras  aventuras, nos enamoramos de otras gentes, cambiamos, y sin embargo al  volver a encontrarnos nos hallamos perfectos coincidentes, amigos, amigas, cómplices, contradictorias eternos, fraternalmente unidos, absurdamente solidarios. Sorolla, Niños en la playa, Gilma Betancourt, texto. 


viernes, 20 de septiembre de 2019


Te llevo aquí anclado en mi alma, como un credo, una afirmación de vida, promesa de felicidad manifiesta en la resurreccion del espíritu. Contigo el mundo se renueva, reverdece y abre espacios a la búsqueda y a la inquietud, de tu mano la vida se torna  leve y a la vez profunda, en tus ojos atisbo la tristeza y la alegría, la necesidad imperiosa de luchar, de nadar contracorriente con la esperanza de cambiar el mismo mar y convertirlo en un océano en el que imperen la verdad y la justicia. Aykut aydoğdu,imagen, Gilma Betancourt, texto.

martes, 17 de septiembre de 2019


Y puestos aquí solo resta asumir la verdad, un amor que brota por generación espontánea, dos vidas que se cruzan y que tan solo han de hacer parte de una interseccion, más que unidos solidarios, más que comprometidos cómplices, libertarios por vocación y convicción, me  asumes y te asumo con respeto absoluto y total, del tiempo solo nos pertenece un margen, esta en nosotros el hacerlo eterno, del espacio nos es dado justo aquel perímetro que corresponde al corazón. Boris Doddis, amantes, Gilma Betancourt, texto.

sábado, 14 de septiembre de 2019


Te amo, porque si y porque no, porque también y porque tampoco, te amo con y sin permiso, simplemente porque se me nace en el alma, porque brota de mi corazón, porque en tus ojos me descubro, porque en tus manos hallo mi destino y cuando vienes a mi renazco. Te amo como a una coma que pone en pausa mi vida, como un punto y aparte que separa pasado y futuro, te amo con el mismo sinsabor que dejan los puntos suspensivos..., Consuelo Hernández, Amantes, Gilma Betancourt, texto.


Estaba ante el desnuda, en cuerpo y alma, tendida como un lienzo ante el pintor, le pertenecía por completo, sin otra voluntad que la de su placer,. La miró estremecido, era tanto el deseo que dolía,  superaba todo límite conocido, pronto la haría suya, la recorreria  sin límite alguno, la habitarla fundiendose con ella  en un solo ser, una sola carne, un solo latir, ahora entre tanto disfrutaba al verla, así, desnuda, exitada, expectante, ansiosa de recibirlo. Rodríguez Bocanegra, Maja Sevillana, Gilma Betancourt, texto.


Y henos aquí de nuevo frente a frente, inseguros, torpes, como niños que van aprendiendo a andar, de nada sirve la experiencia previa ante un amor que todo lo renueva, lo inaugura, que no da tregua ni abre espacio para las evasivas, que te  envuelve con su tenue pero radiante luz. Te digo amor y te saludo con temblorosa voz, te llamo amor y me anticipo al dulce placer de perderme en ti, clamó tu nombre y al contemplarme me descubro mujer, caricia, sonrisa, piel, regazo. Goya, La vendimia, Gilma Betancourt, texto.

martes, 10 de septiembre de 2019


Construyo su corazón a través de las palabras, las historias fueron poblando su mente transformadas en relatos, en recuerdos, tomo las decisiones precisas de la manera adecuada, decidió vivir, a plenitud, sin términos medios, comprometida con el ser, con el amor, pero ante todo con la coherencia. Ahora desde el balcón de los años contemplaba el panorama, sin añoranzas ni lamentos, pues cada momento fue vivido a plenitud, tenia claros los puntos cardinales de su corazón, las fronteras con las que limitaba su alma: alegría, tenacidad, optimismo, generosidad, mesura, inquietud, anhelo, goce… y sabia mejor que nadie que no había limite alguno para su joven espíritu. Vincent Van Gogh, la lectora de novela. Gilma Betancourt, Texto.

viernes, 6 de septiembre de 2019


En el lugar de lo efímero  te aguardo, ahí donde se  ocultan los milagros, los atardeceres dorados, las noches enlunaradas, los árboles mecidos por el viento, el dulce canto de las aguas de los ríos, el frío templado que tienen las mañanas. Allí donde habita lo perecedero, lo inasible, lo sutil, lo misterioso y místico. Ahi te aguardo como un fantasma generoso  y tierno, uno que habita en tu memoria, que se te asoma en la sonrisa cómplice, que con amor te besa los ojos y la boca. Ninfas de agua, Claude Monet, Gilma Betancourt, texto.

martes, 3 de septiembre de 2019


Atesoraba el tiempo en su corazón y en su memoria  hasta hacerlo infinito, quienes la conocían se maravillaban, tal era su capacidad para volver el relato realidad, de sus labios prodigiosos brotaban al unísno Sancho y don Quijote, Aquiles y Patroclo. Era una maestra, una biblioteca viviente, pero también una madre, una esposa, una hermana, una mujer, una amiga, una constructora de pensamiento y eternidad. Alexander Deneika, mujer leyendo, Gilma Betancourt, texto. Pará ti mi Lou, que sean mil más.