sábado, 26 de octubre de 2019

Dicen que la noche es maga, y por lo mismo, hembra, mujer, fuente de placer,  latido perpetuo que se transforma en vida; por esto, ella es incitante, provocadora, duende que juega con los anhelos y deseos mientras los esparce por el mundo. Noche va tocando almas, provocando sonrisas, soñando amaneceres. Llevando a los hombres a la locura y al delirio, pero también a la serenidad y a la calma. Dicen, que ella ama cantar y palabrear, que le gusta el vino y las sonrisas, las caricias transgresoras y los besos furtivos; que como buena romántica se oculta tras las ventanas para espiar a los amantes, dejándolos jugar en su regazo y soñar eternidades y fuegos perpetuos. Cuentan los que la conocen, que ha amarrado el tiempo a su cintura para que no se escape, para atesorarlo y evitar que pase de largo por el lado de los que están amando. 
Jhon Poppleton, fotografo, Noche, Gilma Betancourt, Texto,

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