Cuando tú no estás nieva en mi cuerpo, la sangre se detiene, se congela. En mi corazón no obstante, nunca hay frío, pues tú vives en él.
Gilma Betancourt texto, Chistian Schole, imagen.
Soy quien soy y quien parezco. Una y distinta. A veces atravieso los espejos¸ sigo al conejo, entro en la madriguera, le doy la mano a seres fabulosos y me detengo. Tomo el té con el tiempo, hablo y discuto con las cartas, rayo en la locura de lo imaginario, me libero de los reparos del buen juicio, me hago pequeña o me agiganto; pero así mismo de vez en cuando vuelvo, y en el volver me hallo cara a cara con esa otra que mide las palabras y calibra los gestos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario