domingo, 26 de enero de 2020


Veían el tiempo venir con la ingenuidad de quien es aún muy joven, tanto, como para soñar con el futuro, sin abrigar miedo o temor alguno. La luz, jugando con la tarde se les antojaba hermosa y complaciente. Muchos años después regresarían    a este preciso instante, en el que todo resultaba tan simple, claro, felizmente prometedor. Mirarían al tiempo con ojos cargados de nostalgia, gratitud y afecto, sabiéndose afortunadas por haber tenido ese breve instante de felicidad . Texto Gilma Betancourt texto, Peter Vilhelm. Pintura.

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