domingo, 5 de enero de 2020

Has besado mi alma con la misma sutileza con la que una mariposa se posa sobre los estambres y pistilos de una flor, y así me has colmado de sueños e ilusiones. Has acariciado mi espíritu llenándolo de ideas, de certezas y de dudas, ahora tras tu paso, la vida se ha tornado maravillosamente cierta e  incierta, potente. Mi alma
está abierta a navegar en el mar de la incertidumbre, ese que es propio del asombro, de la maravilla, de lo extraordinariamente cotidiano. Transeúnte impenitente ella ha de seguirte, oh amor!  en pos de las ideas luminosas y de cuánto bien y verdad en ellas habita. Texto Gilma Betancourt, Antonio Canova, Eros y physhe

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