Pasó
la noche cuando la trajeron a casa, siendo ella apenas una bebe. Vieron la
habitación completamente iluminada y de inmediato se alertaron, pues estaban
seguros de haber apagado la luz. Cuando entraron lo descubrieron y se quedaron
simplemente fascinados. Se trataba de un rayo de luna que entrando por la
ventana, parecía besar la frente de la pequeña Laura. Se sonrieron emocionados,
pues ambos amaban todo aquello que la Luna significaba… y que ahora esa “Luna
duende”, esa “Luna maga” besara de este modo la frente de su bebe, les
enternecía el alma. Decidieron por lo mismo dejar así, entreabierta la ventana,
para que la Luna se sintiera acogida.
Al
día siguiente sin embargo como es natural no esperaban encontrarla, que está
escrito en la naturaleza que es al sol a quien le corresponde brillar en las
mañanas. Pero ¡oh sorpresa! que seguía la Luna detenida allí en Laura. Pensaron
entonces que pronto pasaría, que más tarde o más temprano algún hecho habría
simplemente de eclipsarla, pero no, pasaron las horas, los días, las semanas y
la Luna proseguía persistente detenida en Laura. Asumieron entonces que este
sería su destino y que debían saber cómo iban a explicarle al mundo este
fenómeno de la Luna en Laura. Sin embargo no fue del todo necesario, porque
cómplice como era la dulce Luna Maga, determinó ser discreta como siempre y a Laura mantenerla iluminada de un halo
de luz blanco iridiscente que la hizo estar toda su vida, bellamente acompañada.
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