Estas
aquí y es un hecho inevitable, llegaste porque una senda de palabras te condujo
a este puerto donde por ahora has decidido atracar, no detenerte – porque la vida y los sueños nunca se
detienen, eso ambos lo sabemos. Llegas con las manos colmadas de promesas,
los ojos visionarios y un sueño en el alma y en el corazón. Vienes como los
duendes fabulosos, saltando entre las horas y minutos y siento que el solo
hallarte ya ha valido la pena.
Vas
a alcanzar la Luna – me confiesas – estas más que seguro de que esto es proeza
realizable. Entre tanto – tomo tu mano, ávida de caricias. Cierro los ojos y en
silencio te acompaño a soñar con ella.
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