viernes, 14 de febrero de 2020

Aquí, ahora, contigo, tras retornar del nirvana, recibo el don de la iluminación, así en medio de la radiante luz que todo opaca, veo como el tiempo se detiene y se derrite, mientras escucho el latir de tu corazón. Tú respiras, yo contengo el aliento, dentro de un rato he de inhalar el aire, que es tu aire y seremos uno en mis pulmones, te sentiré circular en mis venas, mientras presiento el silencioso tic tac de los relojes; esos que ante tú presencia se detienen, pierden consistencia, aletargados, solitarios, traicionados por el eterno presente de este amor, que no reconoce límites, que no entiende de segundos o minutos y al que sin poderlo evitar se le escapan de las manos los días, meses, semanas, horas, en medio de la ingente persistencia de su propia y única memoria. Gilma Betancourt texto, Salvador Dali, la persistencia de la memoria.

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