Un gato, eso eres no otra cosa, un gato de los que corren
libres por la vida en pos de sus sueños y proyectos, de los que se trepan a la
luna y la conquistan simplemente porque saben cómo y pueden hacerlo. Un gato que
se aproxima cuando lo desea y lo siente y al que no es posible apresar, de esos
que te dan su amor y su ternura pero a los que no es posible retener, ni forzar
porque simplemente se pertenecen a sí mismos, y yo, yo te quiero como sos, como
gato, y aunque a veces pretendo que me busques cuando quiero, sé que no es
sabio hacerlo, porque nadie fuerza a un gato a hacer lo que él no quiere, por
el contrario voy aprendiendo a quererte así gatuno como eres, a contemplarte y
disfrutar de saber que me buscaras eventualmente y entonces será la alegría de
tenerte, voy aprendiendo a darte espacio y a confiar en tu cariño así como lo
das, sólido y libertario, generoso, protector pero ajeno a posesiones y
exigencias, voy aprendiendo a recibirte en las noches y mañanas, a respetar tu
espacio y tu ser, sin alterarme, sin enojarme y sin pensar que porque no te veo
no estés. Si sos un gato, y yo que amo a los gatos sé muy bien que solo en
medio de tu libertad te puedo querer.
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