miércoles, 23 de julio de 2014

DULCE

Me enamore de ti casi sin querer, no hiciese nada especial simplemente fuiste tú. En el conocerte aprendía a disfrutar con todo lo que hacías, tus juegos, tus mimos, tu ternura, esa ternura tan tuya que se me rego en el alma para siempre. Tuviste la capacidad de sorprenderme con tu osadía, con tu espíritu de lucha y tu alegría, así que antes de saberlo te amé, totalmente, llenaste los espacios de caricias de bigotes de gata, de patitas de gata, de besitos de gata. Ahora te has ido, no sin antes enseñarme una nueva forma de compasión, la más difícil, la más total, cuando
entregaste tu vida entre mis brazos, y me sentí absurdamente triste pero también feliz, porque tuve el privilegio de acompañarte en tus mejores y en tus peores momentos, sé que por unos días me quedara en herencia la tristeza, pero también que con el tiempo solo permanecerá lo que es puro y verdadero el amor que desde tu alma tierna  e inocente nos supiste dar, ese que nos unirá siempre y que nos llevara a encontrarnos, porque como tú yo también espero un día poder ir a vivir al cielo de los gatos.

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