Tu recuerdo hoy es dulce, leve como el viento, colorido como
una primavera que perdida en el códice del tiempo se derrama sobre mi corazón y
lo sorprende. Tu recuerdo extraordinario, colmado de futuros sin pasado, de
mañanas sin presente, de hoy sin tiempo. De todo lo que pudo ser y nunca fue pero que de
haber sido tal vez habría sido extraordinario. Tu recuerdo de calles que no
conozco, conversaciones que no he tenido, abrazos que nunca he dado, de besos
que se quemaron en mis labios sin llegar a florecer junto a los tuyos. Esos
besos que en una tarde como la de hoy contra toda posibilidad se hacen dulcemente vividos y asombrosamente totales, tan absolutos
como habría sido verte, tocarte y
el dejar correr sobre ti los sueños de un amor que nació muerto, pero que a
diferencia de otros muchos, ama andar
resucitado.
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