miércoles, 29 de julio de 2015

GATO

Hermoso gato, llegas hasta mí, ronroneas y lo iluminas todo con tu presencia: ya no hay más soledad, no puede haberla porque estás aquí, te veo y sé que a partir de ahora ya nada va a volver a ser igual y es que te estas adueñando de mi espacio, de mi mente y de mi corazón. Te veo gato y me derrito, sé que tu posees esa magia que solo puede emanar de los de tu especie, y sé que ya estoy perdida, que jamás lograre huir de ti, pero sobre todo que jamás querré hacerlo, porque me seduces gato, me llenas de ilusión y me haces sonreír. Ahora sé que saldremos en las noches a caminar por los tejados para contemplar la luna, treparnos en ella y jugar a perseguirnos en medio de su luz; sé que mi regazo será tu nido y tu guarida, que mi placer estará en hacerte ronronear, y en saber que en cualquier momento sigilosamente llagaras hasta mí, para regalarme tu amor, ese amor extraordinario que tan solo pertenece a los gatos, especialmente a aquellos que como tu tienen la capacidad de hacerle cosquillas a la felicidad con sus bigotes y  convocar de ese modo la plenitud del ser. Pequeño gato, llegas hasta mí y yo que soy gata como tú no puedo más que amarte y entregarte totalmente mi corazón, mi alma, mi vida  entera. Te amo